Nosotros

El pueblo que canta y encanta


Es un lugar donde la música y el encanto se unen para alegrar el corazón de todos. En cada rincón de este pueblo, se escuchan las voces alegres entonando melodías contagiosas y los corazones se llenan de alegría. ¡Es como un concierto constante que te hace vibrar de emoción! Sin duda, en Villa Jaragua, el pueblo sabe cómo hacer que la vida sea una fiesta llena de melodías y sonrisas.

¡A cantar y encantar, ese es el espíritu de este hermoso lugar!

Un poco de Historia


¡Ay, no te lo vas a creer! La fundación de Villa Jaragua fue allá por el final del Siglo XIX, en el 1883, cuando llegaron unas familias bien dominicanas desde Azua. Entre ellos estaban los Rivas, Méndez, Trinidad y Díaz. Los Méndez y Trinidad se quedaron en la orilla Oeste del arroyo, mientras que los Rivas y Díaz se plantaron en la orilla Este.

Resulta que en esa zona del Suroeste estaba la ruta hacia Haití, y tenía una fila de mangos que salieron ahí de forma natural. Eran tantos que iban desde el pueblo de Galván hasta adentrarse en territorio haitiano. ¡Imagínate, un montón de mangos centenarios! Por esa hilera de mangos hay un montón de fuentecitas de agua y tres cachones, que son como fuentes de agua más grandotas. Pocilga, Cachón en Medio y Cachón Mamey son los nombres de esos cachones tan jugosos.

Ahora, en los primeros años del Siglo XX hubo un temblor de tierra que hundió una parte del terreno allá abajo en Jaragua, cerquita de los cachones. ¡Pero eso no detuvo a la gente! Se mudaron pa' la parte alta de la comunidad. En esos mismos años había un intercambio comercial bien animado entre los jaragüenses y los sanjuaneros, que usaban el paraje El Hierro como puente para llegar al Cercado.

Al principio, a Jaragua le decían Barbacoa. ¡Así mismo! Pero luego decidieron ponerle Villa José Trujillo Valdez en honor al papá de aquel famoso tirano Rafael Leónidas Trujillo. Ay, pero en el 1963, los regidores dijeron "¡basta ya!" y le cambiaron el nombre. Desde ese momento se llama Villa Jaragua, en honor al cacicazgo que existía en tiempos de los indígenas. ¡Qué historia tan llena de cambios!

Y no puedo dejar de mencionar que tienen una emisora en la frecuencia 98.3 FM que es propiedad del gobierno dominicano. ¡Aquí se escucha hasta el merengue más sabroso!